Ninja Animation

jueves, agosto 24, 2006

Viajes, historias y muerte


Cuentan que en las noches sin luna, vivió una niña de nombre Airin, ella vagaba por las calles de una ciudad en ruinas, ella lloraba en silencio, debajo de las estructuras destruidas por la brisa de la costa, un negro gato era su fiel consejero, su amante eterno, “Hollín” se llamaba el viejo gato que viajaba con ella y custodiaba sus sueños, como un titán indestructible, incansable vigilante negro como el lamento de la niña, lamentable era su condición, abandonada desde muy joven por una madre incauta, cruel y desorientada, la niña creció comiendo del cielo, las pocas estrellas que iluminaban sus noches, nadie nunca la logro ver, en los días ni un rastro dejaba a el resto de las personas que Vivian en aquella ciudad, pero en las noches contaba la gente, que se podía escuchar su llanto entre los matorrales, la gente partió, el pueblo no fue prospero y quedo abandonado para siempre, a acepción de Airin y Hollín nadie habitaba aquel tétrico lugar desolado…

Una tarde de lluvia, en uno de mis tantos viajes por este mundo inexplorado, buscando un lugar donde encallar, llegue a las costas de este pueblo en ruinas, baje de mi pequeño bote y observando aquel lugar inundado en su miseria, arme mi tienda para pasar la noche en la playa. Cansado de clavar madera me senté a un lado de la lona blanca de la tienda, y aquel ruido se interponía en mi calma, ese rechinar de la vieja puerta que causaba el viento marino, iba y venia en mi mente, volví la mirada hacia la puerta, una pequeña casa sin techo, con pocas paredes en pie, salvo las principales de donde la puerta se sostenía, me tentaba a mirar a ver, a acercarme, lleno de intriga aguarde en silencio, y escuche su llanto como si proviniese del pueblo entero, como si fuese parte de aquel viento desgastado, y entonces preocupado me acerque a observar ignorante de lo que mis ojos verían.

En uno de los rincones de la casa en ruinas, una silueta se arropaba con la sombra, una niña sollozaba y se abrazaba a si misma, trate de acercarme, pero unos brillantes ojos salieron a mi encuentro en la oscuridad.

¡Súbito! Un enorme gato negro salto de los muros y se interpuso entre la niña y yo,
Enormes ojos brillantes como dos soles congelaron mi alma, el terror abrazo mi corazón y detuvo su palpitar, aquellos ojos, enormes e inertes me contemplaban en la oscuridad de los cimientos de aquella casa, negro como la noche y su mirada era casi tan fría como esta.

Temeroso retrocedí, despacio, cuidándome de cualquier movimiento que aquel animal realizara, luego mire a una esquina, la niña aun lloraba sin mirar a ningún lado, sin darme la cara, de pronto los grandes ojos se apagaron, todo quedo en silencio, solo se podía escuchar el llanto de la niña y las olas, la criatura dio media vuelta y me abrió paso hacia la niña,
Nervioso entre las sombras me acerque y trate de calmarla poniendo mi mano sobre su hombro, poco a poco su llanto se fue calmando…
Quien eres pequeña?.... ¿Por qué estas aquí tan sola, donde estan tus padres?
¿estas bien?

Y aquella niña en silencio continuaba, y girando lentamente su cabeza me mostró su rostro.
¡Era una anciana!!...

Mi nombre es Airin, del polvo soy y de arena mi cuerpo es, maldita estoy, por siempre una niña veras, aunque mi rostro de anciana es. Airin por siempre, entre las olas viajo aunque este pueblo es mi eterno castigo, no hay descanso para un alma maldita, Hollín es mi guardián, este su pueblo es y llorare hasta que alguien venga a liberarme, hija de nadie soy, no hubo amor para nosotros dos, nunca, desde muy niños dejados en la arena y alimentada del rencor le di mi alma a Hollín, suya soy y a el le debo mi perdición…

Volvió la niña a su llanto y la criatura entre mi camino se interpuso de nuevo…

¡Niña, aguarda, volveré por ayuda, te liberare de tu eterno tormento! – Le gritaba mientras huía de aquel lugar desolado en las costas del olvido..

No tenia intención alguna de volver, corrí lo mas rápido posible hacia la playa, donde mi tienda todavía en pie se balanceaba con la brisa del mar, desmonte apresuradamente y sin mirar atrás, con temor de volver a ver aquellos ojos que de mi mente no se apartaban, y corriendo subí mis cosas al bote, pero un sonido detuvo mi camino, congelo mis piernas, el animal bufaba detrás en las ruinas, el tiempo había detenido su carrera.
Una ola mojo mis pies, y solo eso basto para darme cuenta de la marea había arrastrado mi barco mas allá de mi alcancé, estaba atrapado en la isla, el pánico era mi peor enemigo, el y la criatura…

Pero una tela blanca en la resaca se movía, una silueta daba vueltas con la llegada de las olas que rompían en la playa, hice un ultimo intento para despertar de mi trance y me acerque hacia aquella cosa que mi incitaba a mirar, era un cuerpo cubierto de algas, una pequeña niña vestida de blanco, con la mirada de la anciana que en el pueblo lloraba, pero esta era mas hermosa, mas dulce, mas joven y aun sabiendo que estaba muerta, radiaba su esplendor por todas las partes de su pequeño y pálido cuerpo…

Así, con el cuerpo de la niña entre mis brazos camine hacia el mar, adentrándome hasta donde el agua me llegara al pecho, y besando a la niña en la frente la entregue a los mares eternos, espejos del cielo, esa noche el pueblo dejo de existir, las ruinas viajaron hechas polvo y solo quedo el recuerdo en mi cabeza, la única testigo fue la luna, y al volver a la playa, mi bote regreso, y el gato negro caminaba sobre los rompeolas, ocultándose de mi…

miércoles, agosto 23, 2006

Mágicas olas


Ella estuvo todo el día en la calle, mientras una tenue lluvia caía

Aun no había empezado a abrir doña Tina cuando se veía a lo lejos la gran muchedumbre,
esperando comprar las últimas telas traídas de Asia.

Ella solo sentía a la gente aglomerándose, apretujándose

Y así disfrutaba de aquella mañana de mayo mientras las pálidas nubes cubrían el cielo En su totalidad…

Por ahí, por ese lugar de venta, venían todos los comerciantes de Asia y eran hermosos, maravillosos los colores que en la pequeña tienda de Tina colocaron en los mostradores. Ella esperaba mientras su hermana le hablaba en voz baja de las piezas de algodón y terciopelo, que solo podían ser visibles a los ojos de alguien que no fuese como ella, en su profunda soledad, en ese terrible silencio de las sombras…

El cielo estaba gris, soplaba el viento, el tiempo había parado su carrera, las lagrimas del invierno caían sobre el muelle, pero el mar estaba bañado de grandiosos colores como un calido cielo de verano, bañado en arco iris que flotaban sobre las olas, Llegaban los barcos.
Cuando los comerciantes traían sus telas, el puerto era una gran fiesta, los barcos pequeños parecían guirnaldas adornadas meciéndose en el inmenso mar.
Ella podía sentirlos danzando sobre las telas, tocándolos. Rojos, amarillos, violetas y azules, cualquier color estaba allí en cada tintineo de sus dedos, en cada roce que causaba con sus labios. Doña tina hablo con su hermana unos momentos, ella escuchaba en silencio, como de costumbre, y aprovechó ese diminuto e interminable instante, para recorrer los pasillos de la tienda, hasta que dio con la puerta que daba al muelle.
Pensó que los vientos de Asia habían sido robados e impregnados en la tela, creía que aun se encontraba allí, danzando en su justificada locura.
Por un instante sintió miedo, pero siguió caminando.

Algunos hombres gritaban, y arropada en telas de colores se hundió en el mar hasta tocar fondo, como una sirena desgarrando la aurora, durmió profundamente bajo las olas…

Uno de los hombres la saco del agua, y sintió respiraciones en su rostro, y allí escucho una voz gritando,

¡Un ángel a nacido en la mar, mírala bañada en colores, que mujer tan osada! escucho también la una voz familiar,

la voz de su hermana gritando entre los bulevares,
y débilmente levanto la cabeza y abrió los ojos con gran lentitud, estaba mirándola, una vez mas,

pudo ver…

martes, agosto 22, 2006

Y amanecio una vez mas

3 a.m.: desde mi balcón, estoy despierto, no quiero dormir…

Vivo en un departamento pequeño, con lugares especiales, uno de ellos es mi balcón, digo mi balcón por que lo siento mió, es mi lugar especial, estoy en el, es una rejilla, rodeada de plantas de zábila, ahí me siento ahora, ayer y los días que puedo pensar con claridad, en las noches suelo escaparme en silencio, mientras todos duermen, mientras nadie me observa, me oculto ahí, el frío de la calle me envuelve tiernamente, disfruto de ese frío mañanero que por alguna razón lo siento calido, saco mi mano por la rejilla y enciendo un cigarrillo, ahí, en ese balcón, disfruto del silencio del mundo, mis compañeras son los árboles de la calle y ese poste de luz que me recuerda que estoy todavía en mi casa, que me recuerda que aun estoy en este mundo, es mi guía para cuando me pierdo en mis pensamientos que me incitan a viajar, a veces sueño que soy un gran escritor y que estoy viejo, que veo partir a mis hijos, a mis nietos en una mañana fría como esta, y que rodeado de libros disfruto de ellos, mientras espero que regresen para el almuerzo al mediodía, pero aun son las 3 de la mañana y el tiempo esta inerte, aquel móvil que silba con el viento, aquel lugar que desde mi balcón observo, aquella luna que solo ilumina los pocos rincones que la sombra del edificio de enfrente no logra tocar, algunas veces disfruto de tardes de lluvia desde aquí, veo pasar a mis amigos, van y vienen los amigos, van y vienen viejos recuerdos de mi infancia, de nuevo me siento un viejo, un sabio, los saludo desde lejos mientras sonrío, desde aquella ventana inmensa, donde a duras penas entra mi cuerpo apretujado entre cojines que yo mismo coloco.

Mi lugar, esta en mi casa, no esta en este mundo, no esta en esta calle, si algún día pasas por esta avenida, por este valle de sueños perdidos, por este portal hacia nuevas galaxias, no te molestes en voltear a verme, ya me he ido, ya zarpé en mi barco de velas blancas y remos dorados, desde mi balcón, donde todo lo miro, donde todo lo observo, quizás no pueda verte, pero podré sentirte en la brisa que me envuelve, el señor viento, un beso de aurora fría, taciturno, como un trovador pregonando canciones, errante y bañado en estrellas…

Tratare de dormir, tal vez mis hijos y mis nietos regresen mas tarde, y tendrán la mesa preparada, el café y el postre, y disfrutare de sus compañías…

subió por los escalones, mientras observaba al hombre que escondía su rostro bajo aquel manto espectral, llego al piso superior, y abrió la puerta de su habitación, una ventana daba a las afueras del pueblo, una pequeña repisa sostenía un candelabro y viejos libros de poesía, a las afueras se podían ver los tejados de las casas, mas allá de las murallas se veía el camino dejado, la montaña imponente en la lejanía, aunque un árbol se interponía entre la vista al exterior, se podía observar casi todo el pueblo, las calles iluminadas por la luz de la luna, las ramas moviendose con el viento, el vaivén de las hojas y el viento, colocó sus cosas a un lado de la cama, y encendió una vela para poder leer alguno de aquellos libros, pues para el, era una costumbre antes de concebir el sueño, quiso dejar las ventanas abiertas pues estaba fresco, y quería ser tocado por la brisa.
Entre las líneas del libro hubo un poema que lo hizo recordar días antiguos, días hermosos más allá de las murallas de Duergár, en los que se hallaban estas palabras:


Entre las praderas del mundo vacilan las aves, más allá del destino olvidado,
ese mágico canto de los pájaros que anuncia el amanecer, donde el sol es una fogata
universal que desmejora en silencio, donde las noches son canciones en los que la
luna baila con algarabía por enamorarte, por que quiere que subas hasta ella y la beses
lentamente, donde el clarín del viento crea las baladas en las que sueñas, es allá donde tus ojos se perdieron en los arbustos,

es allá donde el llanto calla y la risa rompe con un grito el completo silencio de las horas y las lunas,

es allá donde la tierra borra tus pensamientos y tormentos, y quieres perderte en ella, todo en ella, te acaricia a ti y a tu alma mientras cierras los ojos...

Habra camino caminante?






Caminante, son tus huellas el camino y nada más;

caminante, no hay camino, se hace camino al andar. .

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. .

Caminante no hay camino sino estelas en la mar...


Gabosh:
habra camino caminante?
alla donde se te pierda la mirada en el horizonte,
caminante son estrellas tus pasos y vas dejando una constelacion de esperanzas,

caminante no hay camino pero hay fuego en tu mirada,
trobador errante, siempre fuerte caminante, que adelante es el sendero que has de seguir incanzable,
y que atras queden las penas y el llanto que el camino no quizo que siguieran mas alla,
caminante mira hacia el cielo, mira el sol y grita al viento, SE HACE CAMINO AL ANDAR!!...

(un agradecimiento especial a Ismael Gil, por esta ilustracion y por las ilustraciones de mi libro, muchas gracias primate)

lunes, agosto 21, 2006

A new place for me



















Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,

el puré de reproches con sardinas,

las golondrinas muertas en la almohada,
lo malo del después son los despojos que embalsaman el humo de los sueños,

el sístole, los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástoles ni dueños

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoguera los archivos,

Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales,
no le quedan dos puntos suspensivos.